Editorial

[Editorial]

O. Reyes1

1. Editor en jefe Revista FECASOG;

Published: 2020-01-08

Abstract

La salud mental es uno de esos temas que, cuando se menciona, genera afirmaciones en torno a su importancia. Sin embargo, al momento de evaluar pacientes de manera rutinaria, desaparece de nuestro campo de consideración hasta la próxima vez que alguien lo vuelve a mencionar o algún boletín nos lo vuelve a recordar.

The Royal College of Psychiatrists considera que una de cada cinco mujeres puede presentar algún problema mental en el embarazo o en su puerperio. Las condiciones más frecuentemente reportadas son la ansiedad y la depresión, que pueden afectar del 5 al 10% de las gestantes. Pongan los números en el contexto de sus propios hospitales o países y los números dejan de sonar fríos. Toman la forma de la paciente que entra a su consultorio a un control prenatal de rutina y que nunca le dirá que siente, por temor al rechazo, a la burla o, peor aun, la indiferencia. Asumir que todo lo que una embarazada siente es “culpa de las hormonas”, no deja de ser cierto, pero simplifica demasiado una condición en extremo compleja y que puede tener severas consecuencias a largo plazo. Los desórdenes del estado anímico en el puerperio pueden reducir la duración y el apego a la lactancia, lo que tiene efectos no solo sobre el neonato, que perdería toda la protección asociada a una mayor ingesta de leche materna, sino que, según algunos estudios observacionales, puede aumentar el riesgo de cáncer (mama/ovario), diabetes tipo 2, hipertensión crónica y otras enfermedades cardiovasculares en la madre. Eso sin tomar en cuenta el efecto que una condición mental no diagnosticada, manifiesta durante el embarazo o puerperio, podría tener en el futuro de esa madre y de su hijo.

Empecemos a darle la importancia que se merece a la salud mental. Acudir al especialista, háblese del psicólogo o del psiquiatra, no es “para locos”. Se ha estigmatizado por demasiado tiempo una arista fundamental de la salud de los individuos y el control estricto y cercano que se lleva a cabo durante el embarazo o el puerperio es una oportunidad de oro para abordar estos temas y darles el manejo apropiado que la situación amerita.


Abstract

La salud mental es uno de esos temas que, cuando se menciona, genera afirmaciones en torno a su importancia. Sin embargo, al momento de evaluar pacientes de manera rutinaria, desaparece de nuestro campo de consideración hasta la próxima vez que alguien lo vuelve a mencionar o algún boletín nos lo vuelve a recordar.

The Royal College of Psychiatrists considera que una de cada cinco mujeres puede presentar algún problema mental en el embarazo o en su puerperio. Las condiciones más frecuentemente reportadas son la ansiedad y la depresión, que pueden afectar del 5 al 10% de las gestantes. Pongan los números en el contexto de sus propios hospitales o países y los números dejan de sonar fríos. Toman la forma de la paciente que entra a su consultorio a un control prenatal de rutina y que nunca le dirá que siente, por temor al rechazo, a la burla o, peor aun, la indiferencia. Asumir que todo lo que una embarazada siente es “culpa de las hormonas”, no deja de ser cierto, pero simplifica demasiado una condición en extremo compleja y que puede tener severas consecuencias a largo plazo. Los desórdenes del estado anímico en el puerperio pueden reducir la duración y el apego a la lactancia, lo que tiene efectos no solo sobre el neonato, que perdería toda la protección asociada a una mayor ingesta de leche materna, sino que, según algunos estudios observacionales, puede aumentar el riesgo de cáncer (mama/ovario), diabetes tipo 2, hipertensión crónica y otras enfermedades cardiovasculares en la madre. Eso sin tomar en cuenta el efecto que una condición mental no diagnosticada, manifiesta durante el embarazo o puerperio, podría tener en el futuro de esa madre y de su hijo.

Empecemos a darle la importancia que se merece a la salud mental. Acudir al especialista, háblese del psicólogo o del psiquiatra, no es “para locos”. Se ha estigmatizado por demasiado tiempo una arista fundamental de la salud de los individuos y el control estricto y cercano que se lleva a cabo durante el embarazo o el puerperio es una oportunidad de oro para abordar estos temas y darles el manejo apropiado que la situación amerita.

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