Between persecution and crime, codes of ethics

[Between persecution and crime, codes of ethics]
DOI: 10.37980/im.journal.rspp.20232171
Published
2023-04-30

Authors

  • ëdro E. Vargas Centro Médico Paitilla, Panamá, Rep. de Panamá

Keywords:

códigos de ética, persecusiones, crímenes

Keywords:

codes of ethics, persecutions, crimes

Abstract

Jurar y aceptar códigos de conducta, que no son otra cosa que códigos de ética, constituyen la entrada a la profesionalidad médica como a la dedicación a la investigación. “Los profesionales de la Medicina tienen deberes, obligaciones, privilegios y un status protegido, pero también se rigen por los más altos estándares éticos”, nos dice Phalen. El Colegio Médico de Panamá lo recuerda en su Código de Ética, cuando trae la frase de Rabelais, médico y filósofo del siglo XVI: “la ciencia sin conciencia es la ruina del alma”, para resaltar lo “indispensable de una permanente reflexión ética que fortalezca la conciencia y nos recuerde el núcleo de vocación y servicio al prójimo”.

 

Los humanos más tempranos ya practicaron especializaciones profesionales relacionadas con la salud, como lo revelan hallazgos arqueológicos y estudios antropológicos. Los primeros médicos en la historia, ambos nacidos en Egipto, Imhotep, varón y Merit Ptah, mujer, declararon juramentos a sus dioses, nos sigue relatando Robert F. Phalen, basados en varios atributos éticos: no mentir, no matar, no engañar.


Abstract

Swearing and accepting codes of conduct, which are nothing more than codes of ethics, constitute the gateway to medical professionalism as well as dedication to research. "Medical professionals have duties, obligations, privileges and a protected status, but they are also governed by the highest ethical standards," Phalen tells us. The Panamanian Medical Association reminds us of this in its Code of Ethics, when it brings the phrase of Rabelais, physician and philosopher of the 16th century: "science without conscience is the ruin of the soul", to emphasize the "indispensability of a permanent ethical reflection that strengthens the conscience and reminds us of the core of vocation and service to others".

 


The earliest humans already practiced professional specializations related to health, as revealed by archaeological findings and anthropological studies. The first physicians in history, both born in Egypt, Imhotep, male, and Merit Ptah, female, declared oaths to their gods, Robert F. Phalen continues, based on several ethical attributes: not to lie, not to kill, not to deceive.